La magia sexual de las pintas de leopardo ¿mito o realidad?

Texto: Maru Dorta.
Fotografia: Maru Dorta.
Leopardo y Tripeo: Luis D´Hers.

Recientemente leí en una revista algo que más o menos decía "De la moda de la piel de leopardo a la pasta de la inspiración divina" y recuerdo haber experimentado un escalofrío de asco en donde evoqué la idea de un hombre de dudosa reputación y preferencia sexual desconocida envuelto en una capa de piel de leopardo con las uñas de los pies pintadas de rojo pasión saboreando un largo cigarrillo sobre una cama en donde hay múltiples animales de peluche. Exagerada evocación? Tal vez… pero lo cierto es que las pintas de leopardo siempre han estado revestidas de una implicación sexual… una referencia impetuosa hacia lo salvaje.

Pareciera que quien se reviste de estas pintas adquiere poderes especiales y se trasforma en una maquina de placer. Mi modesto punto de vista me sugiere que una mujer con buen cuerpo en ropa de leopardo (lo del buen cuerpo es una condición sine qua non) posee una elegancia felina. Un hombre, NO!… ni con el mejor cuerpo del mundo… quedan exonerados los Rock Stars, por que la rudeza de su actitud les confiere un apartado especial en el mundo de la moda, pero un hombre en pintas de leopardo es y será en mi universo mental una evocación a la homosexualidad, a lo ridículo… No vengan con cuentos de referencias étnicas ni fiereza sexual… las pintas de leopardo se ven mal Amigo… ni con el paquete más grande y jugoso enderezado entre las pintas! No, no, no…

Y Luis? será que ahora te quieres ver "Rrrrrrrrrrr!" ??? Jajajajajajaja!

Maru.